sábado, 27 de febrero de 2016

En Inírida están orgullosos de la 'Serpiente' que no han podido ver

Están felices porque aparecen los cerros de Mavicure, pero piden que les proyecten la película.

Jaime Córdoba Garrido no encuentra en español todas las palabras que en kurripaco sí para decir que la película 'El abrazo de la serpiente', nominada a los Premios Óscar, es una ventana al mundo para que la gente conozca la belleza del río Inírida


Siente un orgullo tan grande que no le cabe en el pecho. Es un indígena musculoso, de mirada alegre, a quien se le estampa una sonrisa en la cara cuando le preguntan por la película en la cual se exhiben los majestuosos cerros de Mavicure. “Cuando vi los cerros donde me crié, me dio alegría. Para mí es como si estuviéramos adentro de la película. Son nuestro santuario, y ahora los muestran en cine. Nosotros no sabíamos que estaban grabando hasta que nos enteramos y no podíamos creerlo”, dice Córdoba.

Foto: Archivo particular.
Si bien reconoce que algunas comunidades indígenas critican el hecho de que en la película se hable de la Amazonía y no del Guainía, explaya los brazos para decir que él vive en una región que es una sola, tan grande como el universo mismo, “y el punto más bello es nuestro Guainía”.
Córdoba es capitán y representante ecoturístico de la asociación indígena Dumenal-Vitina, en Inírida. Desde su maloka en la capital de Guainía le dijo a EL TIEMPO que espera la noticia de que prontamente les muestren la película a todas las comunidades indígenas. “Yo le pediría al director que nos mandara la película en CD para poderla ver”.
Cristina Gallego, productora de la película, de hecho precisó que están preparando una gira de proyección para algunas comunidades indígenas en lugares donde no hay salas de cine y donde no se ha podido ver esta producción que está a un paso de hacer historia.
Sin embargo, Ciro Guerra, el director del filme, estuvo en Inírida y exhibió la película en una función cerrada a la que asistió Bilialdo Tello Toscano, director del Sena, quien triunfante exhibe su celular en el que guarda una foto de él y su esposa con Guerra.
‘No creen en nadie’
En Inírida hay una vanidad apenas disimulable cuando se les pregunta a algunos de sus habitantes qué opinan de la película nominada al Óscar, aunque no tengan claro qué signifique ese premio.
Alcides Muñoz Rodríguez, habitante de Inírida, manifiesta: “Para nosotros los habitantes de Inírida es una satisfacción muy bonita, muy elegante. En las comunidades solo se habla solo de eso, de la película. Hay un personaje de la etnia cubeo, que hizo hasta tercer grado y ahora es un ejemplo para seguir, un buen líder, un buen papá”.
Andrés Gamboa, a su turno, habla de que la película es importante para incentivar el turismo en su región. “Es una oportunidad para el desarrollo del Guainía. Lo que se ve en la película son pequeñas partes de la riqueza cultural que tenemos”.

Archivo particular.
Fernando Peña se refiere a la importancia de que Colombia conozca las tradiciones de la población indígena. “Como colono de esta región es un orgullo que la gente vea la belleza de acá. Va a cambiar la visión frente a la comunidad indígena. Hay mucha ignorancia sobre cómo viven. Ojalá alguna entidad, luego de la película, se encargue de recuperar esa cultura ancestral que es patrimonio para todo el mundo”.
Si se les pregunta si la película se va a ganar el premio, Gilberto Moreno está convencido: “Ojalá se gane el premio porque esos cerros son lo más lindo del Guainía. Nunca había visto que algo de acá se viera a nivel internacional”.
Así como él, José Díaz, el motorista que lleva periódicamente a los turistas de aquí y de allá hasta Mavicure, se complace con lo que sucede con una región que se le quedó a vivir en el corazón, pese a haber nacido en Vichada.

Archivo particular.
“Es que la película es lo máximo. No la he visto, pero ojalá que en ella cuenten la historia de la Princesa Inírida. La indígena que fue encerrada por su padre en lo alto del cerro, por haberse enamorado de un hombre de otra tribu”, dice emocionado. Cuando se entera de que eso no se cuenta en la trama, entonces sonríe y menciona: “Es mejor porque se puede hacer una segunda parte”.
José prende el motor para ir más arriba, hasta donde comienzan algunos rápidos del Inírida, escenarios del filme. Atraca su pequeña embarcación en las faldas de la formación rocosa conocidas como tepuyes. “Estas piedras gigantes solo se encuentran en las Guyanas, Venezuela, Brasil y Colombia”, recita el motorista indicando que eso lo leyó en un periódico. “Y son las que se ven en la película, se las presento”, termina diciendo.
UNIDAD DE DATOS
http://www.eltiempo.com/multimedia/especiales/donde-se-grabo-el-abrazo-de-la-serpiente/16521844

lunes, 22 de febrero de 2016

¿Por qué muchas civilizaciones antiguas no reconocían el color azul?

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Image captionEse mar color de vino que Homero plasmó en nuestra memoria colectiva.
"Lo entendían con la mente pero no con el alma", le dijo a BBC Mundo el lingüista Guy Deutscher.
Se refería a la ausencia del color azul en varias civilizaciones antiguas, que examinó en su investigación sobre si el lenguaje afecta la manera en la que vemos el mundo.
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Image captionEl mundo de Homero parecía psicodélico: las ovejas eran vinotinto; la miel, verde; el cielo, a menudo, bronce.
El primer intelectual que sabemos que notó algo raro fue William Ewart Gladstone (1809-1898), quien no sólo fue primer ministro británico cuatro veces, sino que también era un apasionado de la obra del poeta épico Homero.
A pesar de las maravillosas descripciones en "La Ilíada" y "La Odisea", que incluían frases como "la aurora con sus sonrosados dedos", en ningún momento pintaba algo de celeste, índigo o añil.
Gladstone repasó entonces todo el relato, pero fijándose especialmente en los colores mencionados.
Encontró que, mientras el blanco aparecía unas 100 veces y el negro casi 200, los otros colores no tenían un rol tan protagónico.
El rojo estaba mencionado menos de 15 veces, y el verde y amarillo, menos de 10.
Se puso entonces a leer otros textos de los antiguos griegos y confirmó que nunca aparecía el azul.
Gladstone concluyó que los griegos de la época no tenían el sentido del color desarrollado, y que vivían en un mundo en blanco y negro, con algunos destellos de rojo y brillos metálicos.

En ninguna parte

La pesquisa de Gladstone inspiró al filósofo y lingüista alemán Lazarus Geiger, quien se preguntó si el fenómeno se repetía en otras culturas.
Y sí: en el Corán, en antiguas historias chinas, en la versión antigua de la Biblia hebrea, en las sagas islandesas y hasta en las Vedas indias, sobre las que dijo...
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Image captionUlises navegaba por mares que no necesitaban ser azules.
"Estos himnos, de más de diez mil líneas, están llenos de descripciones de los cielos. Casi ningún otro tema es evocado con más frecuencia. El Sol y el enrojecimiento de la madrugada; el día y la noche; las nubes y los relámpagos; el aire y el éter, todos se despliegan ante nosotros, una y otra vez... pero hay una cosa que nadie podría aprender de estas canciones antiguas... y es que el cielo es azul".
Pero eso no fue lo único que descubrió, sino que además había una secuencia común en todos esos lenguajes.
Primero aparecen las palabras para negro y blanco u oscuro y claro -del día y la noche-; luego llega el rojo -de la sangre-; después le corresponde el turno al amarillo y al verde, y sólo al final, el azul.

Pero, ¿por qué no tenían azul?

"¿Y por qué deberían de tenerlo?", le contestó desafiante a BBC Mundo el psicólogo Jules Davidoff, director del Centro para Cognición, Computación y Cultura (CCCC) de la Universidad de Londres.
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Image caption¿Quién dijo que el cielo es azul?
"Pues, para poder describir ciertas cosas", le contestamos vacilantes.
"¿Para qué necesitarían el color azul para describir algo?", replicó.
"Bueno, por ejemplo para describirle el mar a alguien que no lo conoce. O para contarle cómo estaba el cielo en algún momento...".
"¿Quién dice que el cielo y el mar son azules? ¿Acaso son del mismo color?", cuestiona.
Probablemente tiene razón en objetar ese punto de vista. Al fin y al cabo, él ha dedicado tiempo a investigar reconocimiento de objetos, colores, nombres y neuropsicología cognitiva.
Además, hizo experimentos con una tribu de Namibia cuyo lenguaje no tiene una palabra para el azul, pero sí varias para diferentes tipos de verde.
Cuando les mostró 11 cuadrados verdes y uno azul, no podían encontrar el que era distinto, pero si en vez de azul ese cuadrado era un tono tan levemente diferente de verde que nosotros difícilmente lo notaríamos, lo señalaban inmediatamente.
Y es que, si nos ponemos a pensar, pocas cosas en la naturaleza son azules: una que otra flor quizás, las alas de algunas mariposas, las plumas de ciertas aves, los zafiros, el lapislázuli.

¿A qué te refieres, papi?

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Image caption¿Cómo describirlo sin usar la palabra azul?
Sin embargo, Homero estaba en Grecia, ese lugar que en muchas de nuestras mentes está enmarcado entre el cielo y mar... ¿cómo podían ignorar su color?
Con sus estudios, Guy Deutscher había llegado a comprenderlo intelectualmente, pero quiso entenderlo con su alma... o más bien con Alma, su hija.
"Cuando estaba investigando y descubrí cuán complejo era el tema del color azul y cuán difícil era para los occidentales entenderlo, quise hacer un experimento".
"En ese momento mi hija estaba en la edad de aprender a hablar y, como cualquier otro padre, yo jugaba con ella y le enseñaba los diferentes colores", recuerda Deutscher.
"Se me ocurrió una idea para ver cuán natural es todo el asunto del azul, y en particular el color del cielo, que había dejado perplejos a los que lo habían investigado: ¿cómo puede ser que los antiguos, particularmente los del Mediterráneo, no tuvieran un nombre para el color del cielo, que a nosotros nos parece la cosa más obvia?".
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Image captionEntre olivares, todo es amarillo, verde y café.
Lo que hizo fue enseñarle a Alma todos los colores, incluido el azul, pero se aseguró de que nadie le dijera de qué color era el cielo.
"Cuando estuve seguro de que sabía usar la palabra 'azul' para los objetos, en mis salidas con ella -los días en que el cielo estaba azul (¡estábamos en Inglaterra, no el Mediterráneo!)- empecé a preguntarle: de qué color es ese auto o ese árbol, etc. Y luego, señalaba el cielo y le preguntaba: ¿De qué color es eso?".
Durante mucho tiempo, Alma no le respondió.
"Con todo lo demás, inmediatamente me contestaba, pero con el cielo, miraba y parecía no entender de qué le estaba hablando", cuenta.
"Eventualmente, cuando ya estaba segura y cómoda con todos los colores, me respondió. La primera vez dijo: 'blanco'. Fue sólo después de mucho tiempo y tras ver postales en las que aparecía el cielo azul, que lo describió de ese color".
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Image captionEl cielo de Alba.
Fue así que su hija le enseñó que no es tan obvio como nos parece.
"Lo entendí con mi corazón, observándolo en una persona, no leyéndolo en libros o pensando en pueblos del pasado remoto".
"Y Alma ni siquiera estaba en la misma situación que los antiguos: ella sabía la palabra azul y sin embargo no la usó para el cielo. Comprendí que no era una necesidad imperiosa ponerle un nombre al color del cielo. No se trata de un objeto", precisa Deutscher.
Lo mismo ocurre con el mar: al igual que el cielo, no siempre es del mismo color y, sobre todo, no es un objeto, así que no hay motivación para "colorearlo" con una palabra.

Cuestión de necesidad

"Nada ha cambiado en nuestra visión. Por siglos hemos tenido la misma capacidad física ver distintos tonos, pero no la misma necesidad".
"Era perfectamente normal decir que el mar era negro, pues cuando está de color azul oscuro, parece negro, y eso era suficiente en esa época; una sociedad simple funciona perfectamente bien con negro, blanco y un poco de rojo", comenta el experto.
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Image captionEventualmente, el Mediterráneo se volvió profundamente azul.
Entonces, ¿por qué empezamos a decir que algunas cosas son 'azules'?
"Entre más avanzan tecnológicamente las sociedades, más se desarrolla la gama de nombres de los colores".
"Con más capacidad de manipular los colores y con la disponibilidad de nuevos pigmentos surge la necesidad de una terminología más refinada. Y el azul es el último porque además de que no se encuentra fácilmente en la naturaleza, tomó mucho hacer el pigmento".

Y, ¿qué me dice de imágenes como ésta?

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Image captionPreciosos y definitivamente azules ropajes de hermosas egipcias.
Los antiguos egipcios tenían pigmento azul y una palabra para nombrarlo, "pero, por supuesto, se trataba de una sociedad sofisticada".
"Lo que importa no es tanto la época en la que vivieron sino del nivel de avance tecnológico. Es eso lo que se correlaciona muy de cerca con el volumen de vocabulario para los colores", subraya el lingüista.
Pero un momento: en el hebreo bíblico está la palabra "kajol", que significa azul.
"Es cierto, pero la razón por la que es confuso es que la palabra 'kajol' significaba negro. Tiene la misma raíz que la palabra 'alcohol', y el 'kohol' era un cosmético de polvos de antimonio que las mujeres utilizaban para pintarse los ojos, que era negro".
Poco a poco fue cambiando hasta tomar el significado que tiene en el hebreo moderno: azul. Y ese no es el único caso.
"Lo mismo pasó con la palabra 'kuanos' en griego. Homero la usa, pero significa negro o algo oscuro. Fue después que empezó a significar azul", nos dice Deutscher.

viernes, 19 de febrero de 2016

¡Vivir de verdad!

Una de las buenas historias que cuenta Tony Campolo tuvo lugar mientras enseñaba una de sus clases.
—¿Cuánto tiempo han vivido? —pregunta a sus estudiantes.
Nadie se atreve a responder. Entonces el profesor se dirige a un estudiante en particular.
—¿Cuánto tiempo has vivido?
—Veinticuatro años —responde el joven.
—No quiero saber cuánto tiempo has existido, sino cuánto tiempo has estado verdaderamente vivo.
La mirada perdida del joven revela que aún no ha entendido. Entonces el profesor les cuenta la experiencia que vivió cuando, junto con sus compañeros de estudios, subió por primera vez al mirador del edificio Empire State, en Nueva York.
—Jugaba con mis compañeros de clase —les contó— cuando, de repente, me encontré mirando el imponente paisaje. Sin darme cuenta, olvidé lo que estaba haciendo, admirado por la majestuosidad de la vista que estaba ante mis ojos.
La inmensa ciudad, con sus torres de concreto y de vidrio por doquier, parecía una gran maqueta de juguete. Me quedé paralizado, maravillado ante aquel espectáculo. Nunca olvidaré ese momento, porque lo viví plenamente.
Y dicho esto, se vuelve hacia el mismo estudiante.
—Entonces, ¿cuánto tiempo has vivido?
—Si se trata de esa clase de experiencias, diría que he vivido solo uno o dos minutos. La mayor parte de mi vida ha transcurrido sin significado, con la excepción de unos pocos momentos en los que he estado verdaderamente vivo.
Y tú, ¿has experimentado momentos en los que te sentiste verdaderamente vivo? Momentos en los que disfrutaste plenamente al lado de la gente que amas; al contemplar las maravillas de la creación de Dios; al practicar tu deporte preferido; al hacer una buena obra a favor de alguien necesitado; al besar al ser que más quieres…
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” —Juan 10:10
¿Captas la idea? En este mundo hay gente que solo se preocupa por existir. Pero, alabado sea Dios, ¡Cristo vino para darnos vida de la mejor calidad! Vida verdadera, abundante, plena.
Hoy tienes la oportunidad de vivir plenamente. Mira a tu alrededor. Todavía hay mucha belleza. Todavía hay gente maravillosa. Y hay muchas cosas buenas de las que puedes disfrutar sana y plenamente.
Y cuando al final de este día te acuestes para descansar, no olvides dar gracias a tu Padre Celestial.
por Huellas  Divinas.
El primer beso  no se olvida,...... siempre  se recuerda......
EL   CONTACTO CON ANIMALES  EXOTICOS,  ES  INOLVIDABLE....
RECORDAR  LA  CORRIENTE  DEL RIO  O  HABERLA  SENTIDO  EN LOS PIES...O RECORDAR  EL RUIDO DE LAS OLAS   DEL MAR...ES  INOLVIDABLE....EL MORDIZCO DE LOS PECES  EN LA LAGUNA...  EN MI CASO  ESOS  MOMENTOS  LOS LLEVO  EN MIS  OIDOS.  ESTO SE LOGRA;   CUANDO CIERRAS  LOS OJOS  Y  SOLO ESCUCHAS...  EN REALIDAD  HAY  INSTANTES  DE LA VIDA  QUE  ESTAN  EN NUESTRA  MENTE.    ES  FACIL  VIVIRLAS  DE NUEVO...TAN SOLO  ABRIR  NUESTRA  BIBLIOTECA  MENTAL......Y  AHI ESTÀ!!!!
EN RESUMEN...VIVIR  CADA  INSTANTE  COMO UNICO......
Fuente: Sonia Riquelme

lunes, 15 de febrero de 2016

Descubre para qué sirve cada té y agua de hierba y disfruta de sus beneficios para tu salud


Tu abuela no estaba tan equivocada. Aquí tienes 15 hierbas y tés con múltiples propiedades.  

Puede que seas un tanto escéptico cuando se trata de aliviar algún síntoma o malestar con medicinas naturales, y probablemente cada vez que escuchas a tu sabia abuela decir que tal hierba hace maravillas para lo que estás padeciendo, simplemente la ignoras. Bueno, quizás no deberías.
En esta infografía podrás encontrar los diversos beneficios de tés y aguas de hierba para tu salud. ¿Lo mejor? Sólo incluye aquellos tés cuyos ingredientes de hierbas activos se encuentran apoyados por estudios científicos (vía WebMD), en lugar de aquellos que tienen evidencia anecdótica. Y lo que es aún más genial, es que puedes cultivar la gran mayoría de ellos –si no todos– en tu jardín.

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Visto en: Express Vending
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